Ares es un pequeño municipio costero al norte de la provincia de A Coruña (Galicia). Se extiende desde la entrada a la ría de Ferrol hasta el puerto de Redes, situada en la orilla de una preciosa ensenada rodeada de playas que suman casi tres kilómetros costeros de arenales de aguas tranquilas.
Las playas más conocidas son la playa de Ares, Redes, Seselle, O Raso, Sabadelle, Río Sandeu y Chanteiro, donde destaca la punta de Segaño. También hay algunas calas muy bonitas como Estacas y Centeás, ahora con escaleras, y otras muchas calas solitarias de difícil acceso.
En un principio Ares era un puerto, con una situación estratégica, dedicado a la pesca. Muchas de las casas mantienen todavía ese estilo arquitectónico tan original, sobre todo en el barrio de Redes. La casa típica estaba al borde del agua y era una construcción de una o dos plantas y en cuyas fachadas había balcones de madera o piedra para colgar las redes de los barcos que salían a la pesca de bajura. Las paredes eran de mampostería revocadas en blanco con toques chillones en las partes de madera (balaustre, puertas y ventanas). Los tejados se cubrían con teja. Todo el municipio se ve salpicado por edificios de esta arquitectura en un perfecto estado de conservación.
Su población se divide en tres parroquias: San Vicente de Caamouco, San Pedro de Cervás y San José de Ares, donde se encuentra la capital municipal, Ares.
Tanto la orografía del terreno como su rico paisaje te invitan a realizar interesantes paseos y excursiones por todo el Concello. Con dos zonas bien diferenciadas: la mitad oriental donde existen las mayores alturas, y en la mitad occidental su topografía llana se ve interrumpida por un accidente geográfico importante, el Montefaro (262 metros). Un paraje ideal para realizar rutas de senderismo y mountain bike. Aquí se emplaza el Convento de Santa Catalina y el mirador de A Bailadora donde podemos gozar de una magnífica vista panorámica de las rías de Ares, Ferrol y A Coruña y un Océano Atlántico siempre custodiado por la Torre de Hércules.
A su vez, Ares, por su situación orientada hacia el interior de la ría, se ve protegida de la influencia de los vientos sobre su territorio, lo que favorece la práctica de los deportes náuticos de vela. Esta calma también hace posible que en verano se pueda llegar a divisar grupos de delfines disfrutando de las tranquilas aguas de esta ría.
Ares, como tal villa marinera, cuenta con diversidad de bares y establecimientos de tapeo para el relax diurno, así como para el ocio nocturno y restaurantes dónde disfrutar de la gastronomía local que les sirve el mar y la desembocadura del río Eume, la cual es rica en marisco como las centollas, nécoras, almejas, berberechos, percebes, vieiras, y un larguísimo etcétera. Aunque no solamente del mar se sirven sus mesas, viandas provenientes del campo acompañan a las anteriormente mencionadas como segundo plato o entrante, como el "cocido galego" o "lacón con grelos", nos permitirán apreciar la gran calidad de los productos de esta tierra; todo ello sin olvidarnos de los postres tradicionales como las "filloas doces" o el "requeixo".
En cuanto a las fiestas locales, destacan el Voto de Chanteiro el 1 de junio, sus procesiones marítimas el 20,21 y 22 de agosto, y la festividad del Corpus Christi en la que, durante su víspera hasta la bien entrada la madrugada, todo el pueblo se vuelca en cubrir varias las calles del centro con alfombras florales por las que pasará la procesión al día siguiente.
Si quieres tranquilidad, escoge apartamentos en Ares, su entorno invita al paseo por las calles de sus pintorescos pueblos y al relax de sus tranquilas playas, alejarse del ajetreo cotidiano; tapear por los establecimientos del paseo marítimo y descubrir una villa llena de encanto, con hermosos rincones donde recrear nuestros sentidos.
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